SONRÍE MI NIÑA


"...Sonríe con cualquier detalle. No lo puede evitar. A veces es una sonrisa tibia, en la que levanta solo un poquito el extremo de los labios. Pero casi siempre sonríe a lo grande, exhibiendo todos los dientes. Todos blancos, todos bien colocaditos. Parece un anuncio de dentífrico. Casi siempre sonríe en silencio, pero a veces remata con una carcajada fresca. Todas son contagiosas. Es inevitable verlas y no sonreír. Imposible del todo.



Sonríe con la boca y con los ojos. Con todo a la vez. Cuando en sus labios comienza a dibujarse una sonrisa, sus ojos se entornan, suavizan su color y brillan más. Su mirada adquiere el color y la textura de la miel líquida recién recolectada del panal. Todo un espectáculo. Verlo en directo es como tomarse una taza de chocolate caliente una fría mañana de domingo. Te calienta el cuerpo y te reconforta el alma..."

Por María López Mayol